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¿Terminaste el Ironman? ¡Enhorabuena! Ahora llega el momento de empezar a desterrar prácticas y hábitos negativos y sentar las bases adecuadas para poder volver a enfrentarte a la preparación de una nueva prueba de esta distancia en meses, o mejor, el año que viene. El Ironman nos debe haber servido, al menos, para darnos cuenta de que la preparación no es algo que pueda afrontarse a la ligera.
Consejos para las semanas posteriores
- ¿Qué tal realizar una analítica, unos diez días después de la prueba, para comprobar si nuestro estado orgánico y de salud en general nos permite volver a entrenar en condiciones?
- Prestemos especial atención al trabajo de reequilibrio físico y fuerza a nuestra vuelta, dedicando el tiempo que a veces durante la temporada no dedicamos por lo extensivo del entrenamiento.
- Incluyamos en estas fechas pautas regenerativas como sauna, masaje, hidroterapia, osteopatía… ¿Por qué no regalarnos un fin de semana en un balneario?
- Planteémonos metas claras y realistas para el próximo Ironman.
- Creemos las condiciones adecuadas de entorno y personales para que el posterior entrenamiento dé sus frutos: organización vital, aspectos sociales, alimentación…
- Vayamos creando hábitos saludables que mantendremos en la temporada de entrenamiento: sueño, hidratación, suplementación, higiene…
- Alejemos el sobreentrenamiento de nuestra futura estructura de trabajo: consultemos con el entrenador siempre ciertas sensaciones negativas.
Pequeña guía para desterrar el entrenamiento negativo
- No entrenemos a más intensidad de la indicada.
- Respetemos los tiempos de recuperación y regeneración entre sesiones.
- Evitemos participar en demasiadas competiciones.
- No obviemos nuestra vida social, laboral, personal… a la hora de incluir el entrenamiento en nuestro día a día.
- No tomemos el entrenamiento demasiado en serio. Sólo lo necesario.
- No compitamos y entrenemos demasiado pronto de manera intensiva. Lo ideal es no competir hasta, al menos, un mes después del Ironman y si lo hacemos, mejor en distancias cortas.
Pequeña guía para identificar síntomas de sobreentrenamiento
- Frecuencia cardíaca en reposo aumentada en 15 latidos por minuto.
- Disminución del rendimiento pese a incrementar la carga de trabajo.
- Dificultad para conciliar el sueño.
- Indiferencia ante el entrenamiento: Descenso de la motivación.
- Sudoración nocturna acusada. Diarrea o estreñimiento.
- Perdida brusca de peso. Falta de apetito.
- Aparición frecuente de resfriados o estado febril.
- Comportamiento descentrado: falta de concentración, incapacidad para relajarse.
- Dolores musculares y de articulaciones.
Y no lo olvides… Tan importante es el entrenamiento como el descanso. Si lo tienes en cuenta, podrás disfrutar de una vida deportiva longeva y participar en pruebas de larga distancia durante muchos años.
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